20.1.08

Consumo gusto

La demonización y la culpa. La exaltación del coraje y la rebeldía. La autoridad como vehículo perverso. La libertad del individuo y la colectiva... Conceptos.

La marihuana. La cocaína. El hachís. El opio. La anfetamina. El ácido lisérgico. Los derivados químicos. El alcohol. El tabaco. La carne... Sustancias.

Ansiedad. Euforia. Relajación. Concentración. Delirio. Nerviosismo. Hambre social. Hambre sexual. Hambre física. Omnipotencia. Espiritualidad... Estados.

Cuando hablamos de de drogas, es necesario separar la paja del trigo. Cuando las consumimos, lo necesario es separar las malas de las buenas. No digo que ninguna droga sea mala o buena per se, me refiero más bien a su corte.

Todos hemos escuchado leyendas urbanas de todo tipo. Un chaval cumplía 14 años. Sus amigos, para festejar y para gastarle una bromita, le mezclaron en un cubata 10 pastillas de éxtasis. El chaval tuvo un ataque. Entró en coma. Permaneció en el hospital más de un mes. Cuando volvió, no era el mismo. Estaba lento, estupidizado. Aun sigue así. Esta historia es, seguramente, falsa. Con esas 10 pastillasd de éxtasis podría haber sufrido un infarto y morir. Eso sí es posible.

Si tomas anfetamina o cualquier derivado más de tres veces en tu vida, estarás enganchado. Igualmente falso. Si partimos de la base de que cada siete años todas las células de nuestro cuarpo se regeneran completamente ¿cómo va a quedar un residuo susceptible de crear una adicción física durante TODA tu vida? Mojigaterías y propaganda puritana camuflada de dato pseudocientífico. Basura.

Las drogas son peligrosas. Admitido. Pero ¿Qué es lo peligroso de las drogas? Eso nadie sabe decirlo a ciencia cierta. Las mejores explicaciones que me han dado se basan en balbuceos incoherentes acerca de peligrosísimas secuelas. ¿Iré al infierno?

Claro, si no tomo antibióticos no alimento al monstruo de la industria farmacéutica. Como para ir al infierno. Si fumo porros estaré financiando a Al Qaeda. Ese argumento me encanta. Me parece maravilloso. Siguiendo la misma lógica, todos los habitantes de oriente medio, del norte de áfrica y parte del suroeste asiático son terroristas. Bombardeémoslos a todos para vengarnos por la muerte injusta de tanta gente. Fundamentalismo capitalista.

Pero no nos apartemos de la cuestión. Cuando un cocainómano reconocido y jactancioso sale del baño, se frota la nariz. Cuando un cocainómano novato y anónimo sale del baño, también se frota la nariz. El primero lo hace para fardar de su oscuridad. El segundo para imitar al primero. La cocaína está prohibida, está mal vista socialmente y es cara. A eso es a lo que yo llamo un reclamo irresistible. Quien toma cocaína lo hace porque es rico, rebelde y libre. Esto último es una ironía, no nos confundamos. Pero tiene su parte de verdad.

No es tan importante el efecto de la sustancia como su precio, su aceptación social y su grado de ilegalidad. La cocaína está en el punto justo de todas esas cosas. Tomar cocaína es Guay. Y eso es un problema. Estoy apuntando a algo. Divago un poco, pero estoy apuntando a algo. Pongamos un ejemplo ficticio para entendernos:

X compra cocaína y la consume en fiestas en las que invita a personajes famosos de todo tipo. Esto es un enunciado. Ahora analicémoslo. X compra cocaína. Ergo puede pagarla. No sólo puede pagarla sino que puede invitar. X tiene pasta. Admás sabe quién la tiene. Alguien que habrá conocido en el mundo de la noche. Gente oscura, poco recomendable. X trata con ellos. Por tanto, X es un hombre de mundo, un tio curtido que trata con criminales con toda valentía, que se atreve incluso a regatearles el precio. X tiene pelotas. X se codea con famosos y les invita a cocaína. Eso significa que X es conocido, popular, influyente y atractivo. X mola.

X tiene pasta. X tiene pelotas. X mola. Si fuera chica y estuviera buscando marido, iría a por X sin dudarlo. ¿Qué mejor? Un tipo con pasta, con pelotas y con amigos famosos e influyentes ¿qué mas se puede pedir? Si quisiera subir de clase social, me haría amigo de X. Seguro. Me acostaría con X. Querría ser X. Sólo me imagino a X tratando con esos desagradables y peligrosos narcotraficantes y pasan por mi mente mil escenas de películas americanas. Joder, X es un héroe. Y si miramos más aun, veremos los efectos de la cocaína en X. Está muy despierto. Parece especialemente lúcido, sociable, locuaz, seguro de si mismo. Antes dije que X era un héroe. Me equivoqué. Gracias a la cocaína, X es un superhéroe.

Siguiendo la lógica, me iría ahora mismo a buscar cocaína y fiestas, a buscar algún X que quisiera apadrinarme, a ponerme hasta las cejas de sustancias tóxicas, ilegales y aparentemente demonizadas por la sociedad. Pero la lógica está siempre limitada por los datos de la premisa. Nadie habla de la resaca de X. Ni de los vaivenes a los que somete a su propia autoestima. Podría decirse que X es un maníaco depresivo voluntario. Uno que se induce esa afección mental de forma química. ¿Compensa el bienestar de la fase maníaca con el pozo de la fase depresiva? Eso queda al libre albedrío de X. No tengo autoridad para juzgarle. Y si la tuviera tampoco lo haría.

X no hace daño a nadie con su actitud. Sólo se daña a sí mismo, si a eso se le puede considerar daño. Lo que no es tolerable es que X incite a nadie a subirse a su tren. Lo siento, X, si quieres sentirte feliz de ser quien eres, deberás soportar tu vicio en soledad.

Ahora pongamos otro ejemplo. El sujeto también se llama X, es pura casualidad, porque no se conocen en absoluto. X no es como nosotros. Viene de un lugar muy lejano en el que imperan otras normas morales. Normas que son tan incomprensibles para nosotros como las nuestras para él. X viene de viaje a la tierra. Como un turista. X prueba la cocaína. Al día siguiente prueba el cochinillo. Al día siguiente hace puenting. Al día siguiente tiene sexo con un autobús de turistas Japoneses. Al día siguiente corre los San Fermines. X vuelve a su planeta. ¿Qué es lo que le dice a su familia? Algo aprecido a esto: En la tierra están locos: dejan sueltos a los toros para que les persigan por la calle.

Por suerte, los puritanos y demás hipócritas moralistas han centrado su ojo en ciertas sustancias alteradoras de la percepción. Si me quitaran el cochinillo me moriría. Lo siento, soy adicto.

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